Encontrar a Martín Murillo, haciendo algo distinto a prestar libros no es posible.
El moreno afrodescendiente que nació el 20 de abril de 1968 en Quibdó (Chocó) llegó a
Cartagena de Indias en 1984, y en esta ciudad de murallas y balcones se quedó,
experimentó varios oficios entre ellos vender agua bajo el sol inclemente en las callecitas de la heroica; hablar con Martin es encontrar un hombre lleno de paciencia, confianza y constancia en lo que hace.
Llegó a Cartagena con la idea de viajar a Estados Unidos, mientras encontraba la oportunidad experimentó el oficio de vender agua, apenas le alcanzaba para subsistir, en sus ratos de descanso buscaba algo que leer, siempre le apasionó la lectura, y en ese andar algo más quería hacer, una idea le rondaba en la cabeza, pero carecía de recursos, se lanzó y pidió ayuda, a Raimundo Angulo le sonó idea y lo ayudó, Martín quería recorrer las calles de Cartagena desarrollando una ejemplar tarea, dedicarse a la misión más noble de la humanidad como es impulsar el
habito de la lectura, en un taller del céntrico barrio Getsemaní le hicieron la carreta, Raimundo además de pagar la carreta a través del Concurso Nacional de Belleza le ayudó a llenarla de libros, logró obtener 200 libros, así inició su travesía con la Carreta Literaria, prestando libros en plazas y parques, hoy es el gestor de un modelo cultural
que ligado a la confianza, responsabilidad y afecto, recorre los más
recónditos lugares llevando su obra, muchos lugares donde es valorado, exaltado, reconocido en las
grandes esferas de la literatura nacional e internacional donde ha sido
invitado, las máximas ferias de la lengua castellana han sido excepcionales testigos de su enriquecedora misión, la feria del libro de Guadalajara, la feria del Libro de Buenos
Aires, Feria del Libro de Caracas, Feria del Libro de Madrid-España y en varias
ocasiones en la feria del libro de Bogotá.
Su ejemplar obra, ha sido apreciada y valorada por personas como Mercedes Barcha, esposa de nuestro nobel de literatura Gabriel García Márquez, quien le obsequio 300 libros de los preferidos de Gabo que reposaban en su biblioteca, y hacían parte de su legado, un gesto de la viuda del nobel para contribuir con la misión de Martín Murillo. Otros grandes de la literatura se han ido maravillados con la creatividad de Martín y su carreta, Mario Vargas LLosa fue uno de ellos durante su estadía en Cartagena.
El trasegar con las letras le dio a Martín la oportunidad de escribir su propio libro de lectura infantil, publicado en el 2011 y que hace parte del inventario de su Carreta Literaria "la Carreta que no es carreta".
A sus 47 años Martín Murillo, va y viene, le fascina empujar su carreta, rodando y prestando libros a quien le guste leer, y con ello contradice a Jean de la Fontaine, quien llego a escribir que "los libros tienen su orgullo, cuando se prestan no vuelven nunca", caso contrario le sucede a Martín, los libros cuando los presta si regresan a la carreta, confía y así sucede, su mayor satisfacción contribuir a la cultura y el entretenimiento, desarrollando el habito de la lectura; de todos recibe el mas grande sentimiento de admiración y agradecimiento, con su carreta itinerante en instituciones, veredas, los más lejanos caseríos disfrutan de esta hermosa obra rebosada de cultura, de historias, los mas preciados clásicos de la literatura, colecciones de cuentos, impulsando la lectura a través del préstamo de estos ejemplares, sin duda alguna Martín y su Carreta Literaria hacen parte de la identidad cultural de la heroica con su profesión "Promotor de Lectura". Disneila Diaz Alarza.